¡¡¡Buenas tardes!!! Qué gusto poder disfrutar por
fin de unos días veraniegos. Aunque nos va a durar poco, porque a partir de
mañana bajan un poco las temperaturas y volveremos a una situación un poco más
primaveral. Pero da igual, porque por fín sacamos ropa más ligera, alegre y
colorida, y cambiamos nuestras botas y botines por zapatos, bailarinas y
sandalias.
Hablando del cambio de vestuario, yo me puse ayer
unas bailarinas nuevas y preciosas, pero que me han destrozado los pies… Hoy
voy que parezco Chiquito de la
Calzada (No puedor, no puedor!), y llena de tiritas. Todos
los años me pasa igual, y me da lo mismo que sean zapatos nuevos o los que no
me quite en todo el año anterior, los primeros días me hacen daño, rozaduras y
heridas.
Por eso, y para evitar más daños y perjuicios en
mis pobres pies, os dejo unos cuantos trucos y consejos para que el cambio de
zapato o el hecho de estrenar zapatos nuevos sea menos doloroso.
- El truco del congelador: metes tus zapatos geniales y nuevos en una bolsa de plástico y lo introduces en el congelador durante una hora más o menos. Cuando saques los zapatos te los debes de poner un rato, para que éstos se amolden a tus pies.
- El truco de la crema: debemos coger nuestra crema hidratante -por ejemplo la corporal- y untar los zapatos. La crema ayudará a que se ablanden los zapatos y se adapten mejor a tus pies.
- El truco del alcohol: humedecemos el interior del zapato con un trapo impregnado en alcohol, para conseguir que el zapato se adapte más fácilmente a nuestro pie. Después del alcohol debemos llevarlos durante unas horas, a ser posible en un momento en el que no tengamos que andar demasiado.
- El truco de la lanolina: da igual si tus zapatos te aprietan y los pies te duelen por delante o a la altura del talón, lo único que hay que hacer es coger un algodón e impregnarlo en lanolina (es como una grasa animal muy utilizada en cosmética, que se puede comprar en farmacias y en tiendas de productos naturales) y frotar el zapato por dentro. A continuación y antes de que se sequen póntelos para que la piel se acople a la horma de tus pies. También puede hacerse con grasa de caballo.
- El truco de la experta: ¿cuántas veces no te han recomendado que te los pongas en casa? De esta manera, el zapato coge la forma del pie y, el pie se acostumbra al nuevo zapato. Tan sólo hacen falta unos pocos minutos cada día, un tiempo antes del momento de estrenar el zapato. Al menos si te siguen haciendo daño, sabes que debes llevarte otros zapatos o incluso unos sin tacón en el bolso.
- El truco del zapatero: ¿has oído hablar de la horma? Es un utensilio que tienen los zapateros, donde introducirán tus zapatos y durante varios días irán abriendo y cediendo. De este modo conseguirán darlo de sí (siempre a lo ancho). De esta manera podrás evitar rozaduras.
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